jueves, 29 de diciembre de 2011

De pluma ajena

A CONFESIÓN DE PARTE,
RELEVO DE PRUEBAS
  
“Veritas, a quocumque dicitur, a Deo est”
  
Santiago Llach es una pieza clave en la literatura argentina: editor del sello independiente Siesta y del transnacional Emecé, poeta, creador de narradores y eventos. Anduvo recién en Chile con sus dos niñitos. Escribió un cuento acerca de Chile desde la perspectiva fetal: su padre venía al proceso de la Unidad Popular. Los dejo con él, que analiza, sin anestesia, la realidad política argentina, peronismo y kirchnerato incluidos, y de la escena literaria independiente argentina, a la que califica de “patética”.
  
Periodista:  Acabas de publicar en Chile “Muchacha Kirchnerista”. Por favor, trata de dar algunas claves sobre el libro, introducirlo.
  
Llach: [...] “Muchacha kirchnerista” es un poema pensado con relación a una sensación de incomodidad que produce el revival del militantismo setentista, todos estos chicos y chicas que de pronto han sido inducidos a “descubrir” la política a la luz del kirchnerato. Hay un lavado de cabezas que a mí me resulta entre cómico e irritante, sobre todo porque la estructura de sentimientos mía está próxima a ellos. Pero son nenes de treinta años jugando a los soldaditos montoneros, hay chicos de colegios privados que a los treinta y cinco años de pronto se convierten al peronismo. Cuando se produzca una nueva encarnación del peronismo, una encarnación de derecha, me pregunto qué van a decir. A todas esas chicas les canto, casi con angustia. Y en el marco de esa Buenos Aires de 2010 que es muy similar a la de los noventa, aun cuando en todo este clima de ideas revisionistas hay un rechazo bastante papelonero a los años noventa. Se puede leer un poema de los noventa como si hablara de la ciudad de hoy. La única diferencia es que la cocaína es mucho más barata y de mucho peor calidad y su consumo se ha extendido de manera terrible.
  
Periodista: Eres un personaje fundamental en lo que fue la literatura under de los 90. En Argentina circula la literatura independiente, aunque mal editada, eso mantiene viva una hoguera creo yo. Dime cómo ves eso con respecto a los tiempos de ahora…
  
Llach: La escena independiente es patética. Anuncia algo, y es que tener libros publicados no significa nada. Tampoco es una escena under respecto de nada, todo es under, salvo alguna cuestión que vale la pena recordar, que es que el hecho de que el poeta nacional del gran diario de izquierda, Juan Gelman, es un tremendo cínico que refrendó la lucha armada hasta 1979, cuando aquello hacía rato era una carnicería. Este tipo, que cada año nos regala un libro más horrible que el anterior, formó parte de un delirio organizado por los jóvenes de clase media que mató a inocentes propios y ajenos.
Pero lo peor es que los restos de esta banda se ofrecieron como prenda de cambio para la reconciliación nacional, y le sugirieron a Menem que indultara a los generales de la dictadura y a cambio los indultara a ellos. Eso fue en 1990, Gelman ya no estaba en la banda, y la banda sólo administraba sus negocios residuales (como también Gelman había administrado el dinero de los secuestros). Pero este poeta tan tan sentimental tenía procesos penales en su contra y fue indultado por Menem (por supuesto, Gelman salvó la ropa oponiéndose a la compañía de esos militares en la letra del decreto, a la que no lo arrojaron otra cosa que sus propias decisiones políticas). Esa generación setentista e izquierdista odia, sólo odia, y sus poetas están muy sobrestimados.
Por un lado tenemos a esta momia, y por otro lo que yo llamaría la poesía Facebook. La escena poética argentina es un gran grupo de autoayuda […] Me quedo con la poesía Facebook antes que con el hijo de puta de Gelman.
  
Periodista: Uh, directo, ¿eh? bien argentino […] ¿cuál es el balance que haces de la administración de Néstor K y de la de Cristina K?
  
Llach: Partamos de la base de que Argentina es un país donde circuló una foto de un presidente con, literalmente, un pepino en el culo (el “presidente de los seis días”, el gargantuesco Adolfo Rodríguez Saá, que fue objeto de un chantaje en un hotel por horas). Así que Argentina es un país al que, en lo que hace a la política, hay que analizar en clave de sainete, en clave de comedia.
La democracia argentina, además, fue gestada al calor de una mentira. La dictadura desapareció a lo sumo a ocho mil personas, eso lo sabe todo el que esté un poco informado. Pero las organizaciones de derechos humanos tienen el leit motiv de los treinta mil desaparecidos.
Pregúntale a cualquier joven, incluso a personas grandes, y todos creen que la dictadura mató a treinta mil personas. Treinta mil personas no son lo mismo que ocho mil. Y creo que legalmente es difícil argüir que se trató de un genocidio. Además, ¿se supone que el último gobierno de Perón, votado por el 62% de los argentinos, tenía que quedarse de brazos cruzados frente a una banda armada que asaltó un cuartel? Estas cosas no se pueden decir en la Argentina, sólo las dicen los impresentables de derecha. Y creo que desde una posición progresista hay que hacer un esfuerzo por desarticular todos estos mitos de la democracia. Es por estas mentiras y por el odio de la generación setentista y por el militantismo anacrónico que instiló el kirchnerismo que seguimos discutiendo estas cosas en lugar de resolver problemas mucho más urgentes. Esto se relaciona con el peronismo, claro. Antes quiero hacer una aclaración personal.
  
Periodista: Dale.
  
Llach: […] Puedo decir que llevo el peronismo en la sangre. Dicho esto, lo que quiero señalar es que las sucesivas encarnaciones del peronismo son bandas que toman por asalto al Estado para hacer negocios privados en nombre del pueblo y de la ideología de moda.
  
Tomado de “The Clinic”, Santiago de Chile, 12 febrero de 2011.  Fragmento del reportaje realizado por Germán Carrasco.
Cfr. el texto completo en: http://monolingua.blogspot.com/2011/02/santiago-llach-me-quedo-con-la-poesia.html
  

1 comentario:

Anónimo dijo...

El peronismo no es el único partido político montado para afanar ( algunos le dicen "gobernar"), sino todos, acá y en todo el mundo. Antes afanaban los reyes, y antes los visires y en Egipto, Tutankamon. El resto, es la gilada, el perejil, situación que aprovecha la zurda para hacer creer que "cuando ellos suban, se terminará el afano". Pero cuando suben, afanan mas, pero menos personas y encima matan a todo el mundo. Dios no mandó otro diluvio porque vio que el primero no sirvió. Ne oarece qye en nuestra politica hubo algunos tipos limpios, pero inútiles, como Illia, Balbín, y tal vez Zamora, un tipo marxista (creo) pero que creo que al menos es decente.El saldo es de terror, pa´la horca. Me acuerdo en mi casa cada vez que había "revolución" se festejaba, persando que los milicos al subir, iban a fusilar a medio mundo, etc. Pero no pasaba nada. Realmente payasesco, la tragicómica comedia humana y como rezaba un cuadro cartel de un señor catalán que yo visitaba : " Salud y pesetas, lo demás son punyetas"
CD