lunes, 1 de junio de 2009

Música federal


AL SEÑOR RESTAURADOR



Brigadier General de las alturas:
por Usted, el quebracho se ha ablandado,
y el desierto le canta a su hermosura
de incólume varón, el más amado.

En mi sangre y en mi piel están grabados
los momentos fecundos de su historia
y entre el juncal lo nombra agazapado
el alma de su raza en su memoria.

Padre nuestro, Don Juan Manuel de Rosas,
Brigadier General de las alturas,
Usted unió lo oscuro con la rosa
la férrea voluntad con la ternura.

Y desde los gigantes de los Andes
su nombre y Patria cubren la llanura,
y desde los gigantes de los Andes
su nombre, Juan Manuel, cubre la llanura.

Fue verbo nacional en su Argentina,
sucesor de quien le regaló su espada:
la fea historia oculta con su inquina
su amor por la Patria organizada.

En su tumba, que nunca es olvidada,
el alma del criollo allí se aferra:
pues los Santos, de vidas inmoladas,
no siempre descansaron en su tierra.

Padre nuestro, don Juan Manuel de Rosas,
Brigadier General de las alturas,
Usted unió lo oscuro con la rosa
la férrea voluntad con la ternura.

Y desde los gigantes de los Andes
su nombre y Patria cubren la llanura,
y desde los gigantes de los Andes
su nombre, Juan Manuel, cubre la llanura.

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