lunes, 15 de septiembre de 2008

15 de Septiembre:


DÍA DE LOS CAÍDOS DEL
NACIONALISMO ARGENTINO


"Jacinto Lacebrón Guzmán. Cayó en Cumplimiento del Deber”. Fue el título que sus camaradas colocaron en el obituario al fin de una movediza jornada. Ni una palabra de lamentación para quien había caído en combate. Mejor aún, lo consideraban dichoso y privilegado, y desde entonces su nombre fue invocado cada vez que el olor a pólvora surcaba los aires.


A poco de comenzar el Congreso Eucarístico Internacional de 1934 los grupos izquierdistas de la variedad mas disímil quisieron adueñarse de las calles porteñas. La agitación no tuvo pausa, pero el nacionalismo plantó a sus milicias para contener lo que la derecha conservadora no acertaba a detener.


El 15 de septiembre la zona de Plaza Italia se convirtió en un gran campo de batalla: un importante mitín extranjerizante terminaba a palos y tiros. Uno de los tantos episodios sucedió sobre la avenida Las Heras. Dos oficiales del Ejército fueron atacados por una horda de comunistas que los superaban ampliamente en número. Desenvainados sus sables sólo lograron contenerlos por algunos segundos. A pocos metros se encontraba Jacinto Lacebrón Guzmán con un par de sus camaradas. Formaban en la denominada Legión Nacionalista. Y no dudaron un instante. Sin medir el número ni la catadura de los atacantes tuvieron el enorme valor cristiano de defender a quienes se encontraban en inferioridad de condiciones. Un certero proyectil lo traspasó en plena refriega. Llevado al Hospital Fernández falleció pocas horas después con los auxilios espirituales de rigor.


Todo el Nacionalismo, que en aquellos años contaba a miles y miles entre sus filas, desfiló por la capilla ardiente. Su féretro llevado a pulso recibió el saludo de cientos de brazos. Y lo que es más significativo: fue unánime la voz que lo consideró como el primer caído del Nacionalismo Argentino pese a no ser la primera sangre que se derramaba por la causa. La razón exige conocer el porqué de esta consideración.


A fines de los años ´20 del siglo pasado los primeros nacionalistas ya se conocían como tales. No constituían un cuerpo ideológico compacto, los matices y aún las contradicciones surgían en cada charla, en cada debate, en el café y aún en las jornadas combativas que protagonizaban. Pero los unía una inquietud imparable, aquella fuerza que les daba no sólo la juventud sino el profundo amor que profesaban por la Patria. Y lo que es mejor aún, no se encandilaban con modelos extranjeros o modas pasatistas, sino que con total naturalidad conservaban un sello autóctono y original. Lo cual no significa que no abundasen en lecturas de los autores extranjeros más diversos, rescatando para sí los valores universales o los conceptos de honda significación para el caso argentino.


Es quizás por ello que recién en 1934, al caer asesinado Jacinto Lacebrón Guzmán, se le considera como el primer caído del nacionalismo argentino. Para entonces una decena de muertes jalonaba el camino de la sangre. Muertes lamentadas, aún homenajeadas, pero que aquellos patriotas no sintieron como propias. En efecto, aunque cercanas en tiempo y espacio, inclusive en aspiraciones, creían tener motivos para no contarlas en el inventario propiamente nacionalista.


En 1928 varios fascistas italianos caen destrozados bajo un explosivo colocado por anarquistas en el Consulado de Buenos Aires. En octubre de 1931 José Manuel Salas, de la entonces uriburista Legión Cívica, es asesinado por elementos del radicalismo. En 1933 es abatido en Córdoba el fascista argentino Anselmo Pro, en Buenos Aires el legionario suizo Wendelín Kaslín y en Avellaneda los fascistas italianos Leonardo Simone y Gerónimo Pugliese. Todos ellos eran fervientes militantes, pero a ninguno se le considero como el Primer Caído. Y la razón sustancial para ello es simple, histórica e indudable: nuestros nacionalistas consideraban al fascismo como un fenómeno extraordinario, pero italiano. Y razón colateral pero de importancia era esta otra: no creyeron oportuno que ningún extranjero fuera precisamente el Primer Caído del Nacionalismo Argentino.


Hoy ciertamente podemos incluir en la nómina de los caídos a todos ellos. La distancia y el devenir de la historia mundial ha demostrado que lucharon precisamente por aventar lejos de la tierra al comunismo y al liberalismo. Pero entonces los matices estaban muy marcados y ni unos ni otros querían estrechar en demasía los vínculos. Años más tarde, hacia fines de los años ´30 o comienzos de los ´40 los propios compañeros de aquellos caídos se confundirán en la lucha de la Alianza Libertadora Nacionalista.


Sin embargo creemos positivo mantener aquel título con que se honró a Lacebrón Guzmán como el Primer Caído. Y precisamente por esta razón es que la fecha de su deceso tiene para todos los nacionalistas del país un significado muy particular. El 15 de Septiembre debería ser la jornada en que, desde cualquier rincón, nuestro espíritu se regocijara en el recuerdo del héroe. Y recordándolo a él, supiéramos traer a la memoria los más de treinta muertos que nos han marcado en el camino. Los que mató la izquierda o los que asesinó la derecha liberal y regiminosa. No importa su autor, lo que interesa es la decisión, la firmeza y la ofrenda personal con que cada uno de ellos decidió entregarse por Dios y por la Argentina.


Por todo ello y mucho más nuestra propuesta: 15 de Septiembre, Día de los caídos del Nacionalismo Argentino.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Supongo que se habrán enterado de los hechos en la catedral de Neuquén.
http://www.youtube.com/watch?v=FK40LwQfy7c

Si seguimos en este camino no va a faltar mucho para que comience el holocausto cristiano

Joaquín